Consideraciones maternas sobre la sequía. Calorononones del septentrión de la terra nostra.
El güerco va emputado, aparenta ver el pavimento, pero en realidad dirige su mirada hacia el centro de la tierra...
Su madre lo jala de la mano y lo apura, al tiempo que le dice: "¿y tu qué crees, que yo tengo la culpa de que no llueva?"
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