Los Klanes totémicos de Gente Pájaro, nativos de la Aridoamérika Naútika siguen sus conkistas en Europa
"Tuesday, September 06, 2005
Premio Nacional de Narrativa Azuqueca 2005
Premio Nacional de Narrativa Azuqueca 2005
¡Este año el cuento ganador lo escribí yo! Se llama El Rabino de Varsovia y es la historia de un viaje muy peculiar. Sigo dando saltos de alegría. Aquí unos fragmentos del texto en cuestión:
Cine
Fui con Cristóbal al ciclo de cine africano. En la pantalla un hombre que estudiaba en Europa volvía a su aldea y se preguntaba pensando en su padre: ¿vale lo que aprendo lejos de ti, lo que olvido de nosotros? Cristóbal y yo nos miramos entre las sombras, sacamos nuestras plumas otoñales y tomamos nota.
El joven de la perla
Dicen que contar cuentos ajenos es contar siempre los propios.
Lechuza de los mares
Una abuela tártara nos contaba cada día historias del principio del mundo y lloraba acordándose, una turca bailaba la danza de los planetas cada lunes. En la casa de las mujeres había cada noche lechuzas blancas y agua corriendo por las acequias. De regreso comí pan negro en Frankfurt y queso con azúcar en un avión. Ya estoy de vuelta en casa, pero mi cabeza sigue girando.
Atrapasueños
Sobre mi cabeza cuelga el atrapasueños. Ahora estoy soñando que he despertado y que vivo en un departamento en el que siempre he vivido. Pronto olvidaré que el guardián me sigue mirando con mis manos apretadas contra su pecho. Soñaré que estoy despierta hasta que encuentre mi voz y el guardián, escuchando, me sacuda un poco, me arrebate de mi ensueño y me deje volver.
Brasa de mezquite
Y ahora pregunto: ¿vale para algo este corazón hecho brasa, si no puedes sentir el calor que desprende, si tus ojos no pueden llorar con el humo? ¿vale buscarme a mí misma en un laberinto tras otro?
Repetiría esta frase mil veces: Mi corazón en Monterrey, un túnel sin tren; todo esto es mi corazón.
Mi corazón es Monterrey, arde como el asfalto de Avenida Juárez a las dos de la tarde.
Mi corazón es Monterrey, cuando reposa se sienta en el Cerro del Obispado.
Mi corazón es Monterrey, una herida abierta que no acaba de sangrar.
Mi corazón es Monterrey, la voz de Rosario sale volando desde un sótano del barrio antiguo.
Mi corazón es Monterrey, mi cuerpo se cimbra al paso de los camiones y del lecho del río vuelto marea.
Mi corazón es Monterrey, llueve cuando deja de arder.
Mi corazón es Monterrey, el aullido del crepúsculo en los cerros.
¿Qué hago tan lejos?
El cuento del hombre que se buscaba a sí mismo
Buscó durante mucho tiempo hasta que, pasados los años, encontró por fin una puerta y entró. Vio una escalera y bajó. Dentro había gente sentada bebiendo luz y bebió. Yo también bebí, pero miré primero: Por las paredes subían enredaderas tejiendo canciones. Las teteras tenían la panza quemada y en una esquina se encontraba la puerta a la habitación donde el ángel besó a María.
El rabino de Varsovia
El rabino de Varsovia sueña repetidamente que bajo el Puente de Carlos de Praga hay un tesoro enterrado. De tanto soñar se dice a sí mismo que debe ser un mensaje del cielo y se dirige a Praga. El puente está vigilado por soldados así que se dedica a rondar preguntándose cómo bajar a buscar su tesoro, hasta que un soldado lo detiene y lo interroga. Cuando el rabino le cuenta por qué está ahí, el soldado le contesta con sorna: "ay abuelo, si viera la de veces que yo he soñado que detrás de la estufa del rabino de Varsovia hay un tesoro enterrado..." Con lo cual el rabino de Varsovia regresa a su casa y encuentra efectivamente el tesoro detrás de la estufa.
Esquina
Tuerzo en una calle y me encuentro de frente conmigo misma, me paro en un semáforo y me miro a mí misma a los ojos. Dicen que los encuentros con el pasado siempre son encuentros con el futuro. Uno y otro lado se juntan en mí.
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