quarta-feira, janeiro 11, 2006

De l@s otr@s. Lechuza de los Mares del Sur sobre la Sierra Madre Oriental

"Wednesday, December 28, 2005

Iturbide
¿Qué hay en Iturbide que merezca un día y medio? preguntó mi papá. Magia, respondí, pensando en que aunque sólo tengo cinco días para estar en Monterrey, pienso lanzarme a surfear con Mao por las crestas azules del sur de Nuevo León, porque quiero que conozca esa parte de mí. Nada más salir de Linares ya se puede saludar a los primeros Guardianes. Entre la maleza acechan todas las luciérnagas y se puede sentir al mundo respirar. Avanzando por el fondo del cañón se puede al mismo tiempo brincotear de pico en pico, descolgarse por las ramas y resbalar como agua entre las paredes de laja. Quien tenga ojos para verla puede atisbar desde la distancia la puerta del cielo. Aunque como sabemos, tiene diversas entradas. En los altares, justo antes de llegar al pueblito el cañón se cierra casi por completo. Hay que mirar para arriba y sentirse dentro de un cráter. Esta es mi Sierra Madre que nos parió. A lo lejos gritan las ofrendas de cuarzo en los enterramientos y desde el cielo miran los caminadores que subieron antes que nosotros. También están esas criaturas que esperan el regreso del Navegante, según los poemas arcáicos. Más allá, en Rayones, grandes barcos se delizan silenciosamente entre puerto y puerto de montaña. Desde Galeana se acerca el Tamaulipas Errante. En Iturbide nos espera la Hisotria de la Casa de las Historias y una comida caliente donde las águilas. Los perros-puma, los murales que se pintaron hace tiempo. ¡Espérame un poquito más, que llego!"

Bajado de: http://lechuzadelosmares.blogspot.com/2005/12/iturbide.html